“Nunca he sido de la idea de verme como princesita en el escenario. Al contrario, prefiero NO ser una princesita. Me gusta tener esta oportunidad de explorar y descubrir todas las formas y posibilidades de movimiento con mi cuerpo. En la danza contemporánea encontré todo esto que quería.
Como a muchos otros les ha pasado, tuve un montón de problemas en mi casa por decidir ser bailarina. Yo vengo de un hogar en donde todos tienen un título universitario y se dedican a eso. Entonces, para mi familia fue muy difícil aceptar que yo me dedicara a la danza. De hecho, creo que son pocas las personas que tienen el total apoyo de su familia para vivir de esto.
Una de las etapas en donde tuve más conflicto fue cuando estudiaba en la Escuela Nacional de Danza. Ahí decidí, después de 6 años de estudiar ballet clásico, cambiarme de carrera para seguir en danza contemporánea. No fue porque haya perdido algún grado, y de hecho, no me iba mal como bailarina clásica. Pero no era lo que realmente quería hacer.
Me topé con maestros de ballet que decían que haberme cambiado de carrera era un error garrafal y que “solo las que no tenían condiciones para ser clásicas se cambiaban de carrera”. Incluso algunos maestros de contemporáneo me decían que “ahora había que sacarme todo el ballet que tenía”
No tengo nada en contra del ballet, lo respeto mucho. Sin embargo no era lo que me hacía sentir plena. Yo no vivo la danza cuando estoy en el escenario o en una clase; para mi la danza es un estilo de vida y lo que más me inspira es tener un reto diario conmigo. Además, estoy convencida que la danza no debe ser una competencia con los demás.
Estar en danza contemporánea me dio la oportunidad de participar en diferentes proyectos y crear los propios. Siempre he sido muy curiosa y eso me ha llevado a descubrir nuevas posibilidades de movimiento. Creo que en Guatemala, la cultura de danza está muy dormida. Todavía no nos hemos dado cuenta del impacto que podríamos tener si realmente hubiera un movimiento de danza y de gente que lucha por promover esto.
Como bailarines debemos descubrirnos todos los días y encontrar nuestros espacios, sin juzgarnos entre nosotros. Es nuestro trabajo cambiar esa mentalidad de que lo que hacemos es un simple hobbie y no una verdadera profesión.”
– Leslie Anne Romero
Fotografías de Dance Statement por Karla Alvarez
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